“La Mujer Dauleña a Través de la historia”

En el marco de la conmemoración de los 205 años de vida política del cantón Daule, la Unidad Educativa Monseñor Francisco Dólera (UEMFD) rinde un profundo homenaje a nuestro querido cantón Daule, a través de la voz de sus estudiantes, celebrando el legado eterno de la mujer dauleña: su lucha, su nobleza y su inquebrantable espíritu. ¡Honor a ellas, honor a Daule!

Hoy levanto mi voz para rendir homenaje a quienes, con fuerza y ternura, han dejado una huella imborrable en nuestra tierra. Dicen que la historia se escribe con tinta, pero la historia de Daule está escrita con el alma… Con el alma de aquellas mujeres que, desde el amanecer de los tiempos, han sabido transformar el esfuerzo en esperanza, el dolor en fortaleza y los sueños… en victorias.

La mujer dauleña no nació para rendirse. Nació para brillar, aun cuando el sol parecía negarse a salir. Fue sembradora de vida en los campos, tejedora de ilusiones en los hogares y guardiana de los valores que sostienen nuestra identidad. Con sus manos fuertes por el trabajo y su corazón encendido por el amor, levantó familias, educó generaciones y moldeó el carácter noble de nuestro pueblo.

La recuerdo en las calles de piedra, con su saya azul y su mirada firme; la recuerdo en los ríos, lavando no solo la ropa, sino también las penas del día; la recuerdo en las fiestas, bailando con alegría porque en su risa habitaba la esperanza. Esa fue y sigue siendo la mujer dauleña: la que calla cuando hay que resistir, pero también la que alza la voz cuando hay que luchar.

A través de los años, su figura se ha transformado, pero su esencia… nunca. Antes, su papel parecía limitado al hogar, pero incluso allí era reina, maestra, consejera y guía. Hoy, esa misma fuerza florece en nuevas formas: en la mujer que lidera empresas, enseña con pasión, gobierna con sabiduría o emprende con fe. La mujer dauleña ya no solo siembra en la tierra, ¡siembra en la mente y en el corazón de su pueblo!

Porque ha aprendido que su valor no se mide por el lugar que ocupa, sino por la huella que deja. Ella ha roto silencios, ha conquistado espacios y ha demostrado que ser mujer no es una limitación, ¡es una victoria!

La mujer dauleña es sinónimo de resistencia y de ternura, de trabajo y de fe. Ha caminado entre el barro y la gloria, pero jamás ha dejado de mirar hacia adelante. En sus ojos habita el pasado de nuestras abuelas, la lucha de nuestras madres y la promesa de nuestras hijas.

Hoy, al hablar de la mujer dauleña a través de la historia, no hablamos solo de un género… hablamos de un legado. Un legado que late con fuerza en cada rincón de Daule, que inspira, que enseña, que transforma.

Porque mientras exista una mujer dauleña con la cabeza en alto, el corazón valiente y los sueños intactos… Daule seguirá siendo tierra de esperanza, de coraje y de victoria.

¡Gloria a la mujer dauleña!

A la que lucha, a la que ama, a la que nunca se rinde. Porque en cada una de ellas vive la historia, la fuerza… ¡y el triunfo de un pueblo entero!

Estudiante, Jimmy Delgado

Noveno EGB

Área Lengua y Literatura - UEMFD

Concurso de oratoria GAD Municipal cantón Daule